En el ámbito educativo, los docentes se enfrentan diariamente a estudiantes que, además de desafíos académicos, llevan a clase sus luchas personales y emocionales. Transformar estas experiencias de manera positiva es uno de los mayores retos y logros de la enseñanza.

En esta entrada del blog exploramos tres inspiradoras historias compartidas por Larry Ferlazzo para *Education Week* sobre cómo varios profesores lograron impactar profundamente en la vida de sus alumnas.

1. Construyendo confianza y resiliencia: La historia de Bella

David Upegui, profesor de ciencias en Rhode Island, ayudó a Bella, una estudiante conocida por suspender frecuentemente, a redescubrir su curiosidad y pasión por el aprendizaje. Tratándola con el mismo respeto y expectativas que a cualquier otro estudiante, David creó un ambiente seguro y alentador que motivó a Bella a superarse. Su compromiso culminó en el premio de “Resiliencia” que Bella recibió al graduarse, demostrando que, con apoyo, los estudiantes pueden cambiar su trayectoria.

2. Superando el “trauma matemático”: El caso de Julia

Vanessa Vakharia, fundadora de The Math Guru, utiliza un enfoque de terapia matemática para ayudar a estudiantes con ansiedad hacia las matemáticas. Su técnica de “¿Y luego qué?” permitió a Julia, una alumna con pánico a los exámenes de matemáticas, enfrentar sus temores y reducir la ansiedad en momentos críticos. Este enfoque transformó su percepción de los exámenes, viéndolos como oportunidades para practicar habilidades. Esta historia resalta el impacto de abordar los aspectos emocionales del aprendizaje.

3. La comunicación como herramienta de cambio: Renee y los límites constructivos

En San Diego, Dominique Smith implementó un sistema que permite a los docentes expresar directamente cómo las actitudes desafiantes de los estudiantes impactan en el aula. Con Renee, una alumna que solía ser etiquetada como “vaga” y “rebelde”, este cambio permitió a los profesores mostrar empatía y establecer límites claros, lo cual mejoró tanto la conducta de Renee como el ambiente en el aula. Hoy, esta estrategia de comunicación continúa ayudando a otros estudiantes y docentes.

Estas historias muestran cómo la empatía y las técnicas pedagógicas adecuadas pueden no solo mejorar el rendimiento académico, sino también empoderar emocionalmente a los estudiantes para superar sus desafíos personales.

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