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Cuidado: los peligros de una relación poco saludable con la comida en tu hija/o y cómo prevenirlo

La adolescencia es una etapa llena de cambios emocionales y físicos. Lamentablemente, la presión social sobre el aspecto físico y los estándares de belleza pueden afectar la autoestima de los/as adolescentes, llevándolos/as a desarrollar una relación poco saludable con la comida y su cuerpo. Como padres/madres, es importante ofrecer apoyo y orientación sin causar más estrés ni juicio. Aquí te proporcionamos pasos prácticos para ayudar a tu hijo/a a tener una relación más equilibrada y positiva con su cuerpo y la comida.

1. Mantén una conversación abierta y sin juicios

Es fundamental que tu hijo/a se sienta escuchado/a y comprendido/a. Evita comentarios sobre su peso, tamaño o cómo se ve. En lugar de enfocarte en su apariencia, concédele la oportunidad de expresar sus sentimientos sobre su cuerpo y su relación con la comida. Puedes comenzar con frases como:

  • “Me he dado cuenta de que has estado pensando mucho en lo que comes últimamente. Quiero asegurarme de que te sientes bien contigo mismo/a.”
  • “Entiendo que la presión por la apariencia puede ser difícil. ¿Cómo te sientes realmente con tu cuerpo?”

Mostrar empatía y comprensión ayudará a que se sienta más cómodo/a compartiendo sus pensamientos y preocupaciones.

2. Fomenta la importancia de la salud sobre la apariencia

En lugar de centrarte en el aspecto físico, enfócate en cómo cuidar el cuerpo de manera integral. Hablar sobre la salud en términos de energía, bienestar y fortaleza puede ser más efectivo que hablar sobre dietas o restricciones alimentarias. Algunas ideas que puedes compartir son:

  • “Nuestro cuerpo necesita nutrientes y energía para funcionar bien. Es importante comer para estar fuerte y saludable, no solo para vernos de una manera específica.”
  • “Aprecia lo que tu cuerpo puede hacer, como caminar, bailar o estudiar. Eso es lo que realmente importa.”

Alienta a tu hijo/a a que valore su cuerpo por su funcionalidad y no únicamente por su apariencia externa.

3. Evita comentarios sobre la comida o el ejercicio que puedan ser dañinos

Los comentarios sobre las dietas, el ejercicio excesivo o las restricciones alimentarias pueden aumentar la ansiedad en tu hijo/a. En lugar de hacer comentarios sobre lo que debe o no debe comer, habla de forma positiva sobre hábitos saludables. Algunas recomendaciones incluyen:

  • Preparar comidas balanceadas en familia, donde todos participen y disfruten del proceso.
  • Fomentar actividades físicas que le gusten, sin presionar para que haga ejercicio solo por motivos estéticos.

El objetivo es que tu hijo/a aprenda a hacer elecciones alimentarias y de actividad física por salud y bienestar, no por la presión externa.

4. Valora su esfuerzo y logros más allá de la apariencia

Es vital reforzar la autoestima de tu hijo/a resaltando sus logros, habilidades y cualidades internas, no solo su aspecto físico. Puedes decirle cosas como:

  • “Estoy muy orgulloso/a de ti por cómo manejas tus estudios. Eso demuestra mucha fuerza y disciplina.”
  • “Eres increíblemente creativo/a y talentoso/a, me encanta ver lo que eres capaz de lograr.”

Reconocer sus esfuerzos en áreas como la educación, las relaciones interpersonales y otras habilidades fomenta una autoestima positiva basada en sus capacidades y no solo en su imagen.

5. Considera la ayuda profesional si es necesario

Si observas comportamientos preocupantes, como la restricción extrema de alimentos, el ejercicio excesivo, o señales de un trastorno alimentario (como la bulimia o la anorexia), es fundamental buscar la ayuda de un profesional especializado. Los trastornos de la conducta alimentaria son serios y requieren tratamiento profesional. Un/a terapeuta especializado/a en adolescentes o un/a nutricionista puede brindar el apoyo adecuado para tu hijo/a.

Mantenerse conectado/a en la adolescencia

Además de apoyar emocionalmente a tu hijo/a en su relación con la comida y el cuerpo, es importante estar atento/a a su bienestar general, especialmente en un mundo digital que puede tener un impacto negativo en su autoestima. A veces, las presiones externas de las redes sociales o la exposición a ciertos contenidos pueden aumentar la ansiedad de los/as adolescentes.

En este sentido, algunos padres/madres optan por alternativas como relojes inteligentes con GPS y llamadas, que permiten mantener el contacto con sus hijos/as sin la exposición a los riesgos de los teléfonos móviles, como las redes sociales. Estos dispositivos pueden ofrecer una forma segura y práctica de asegurarte de que tu hijo/a pueda comunicarse contigo en cualquier momento, mientras se reduce la posibilidad de que acceda a contenidos que no son apropiados para su edad.

Esta opción puede ser útil para que tu hijo/a se sienta más seguro/a, especialmente cuando se trata de mantener el contacto durante actividades extracurriculares o cuando sale con amigos/as. Al mismo tiempo, se puede evitar el estrés que a veces conlleva la constante presencia de los teléfonos inteligentes en la vida cotidiana de los/as adolescentes.

Conclusión

Como padres/madres, jugar un papel activo y de apoyo en la vida de nuestro/a hijo/a adolescente es esencial para que desarrolle una relación saludable con su cuerpo y la comida. Fomentando la conversación abierta, priorizando la salud sobre la apariencia, y reforzando una autoestima positiva, podemos ayudar a nuestros/as hijos/as a atravesar esta etapa con confianza y bienestar. Si observas señales preocupantes, no dudes en buscar ayuda profesional para ofrecer el apoyo necesario.

Además, en un mundo cada vez más digital, tener herramientas para mantenernos conectados sin añadir más presión es fundamental. Alternativas como los relojes inteligentes con GPS pueden ser una opción práctica para estar cerca de tus hijos/as, permitiendo una comunicación directa y segura sin los riesgos asociados a la exposición temprana a las redes sociales.

Con este artículo, los padres/madres pueden encontrar herramientas prácticas y soluciones efectivas para mejorar la relación de sus hijos/as adolescentes con la comida y su cuerpo, basándose en la empatía, el apoyo y el enfoque en la salud.

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