Es común que los más pequeños tengan poca tolerancia al aburrimiento y busquen constantemente la atención de los adultos. Esto ocurre porque todavía están desarrollando habilidades para entretenerse de manera independiente. Sin embargo, enseñarles a jugar solos/as no solo les ayuda a gestionar el aburrimiento, sino que también les da herramientas para ser más autónomos/as, mientras tú recuperas un tiempo necesario para tus propias actividades. A continuación, te presentamos una serie de estrategias prácticas para que tu hijo/a juegue solo/a.

1. Crea un espacio atractivo para el juego independiente

Prepara un rincón seguro donde tu hijo/a pueda jugar sin supervisión constante. Llénalo de juguetes o materiales que despierten su curiosidad, como bloques, libros interactivos, materiales de arte o rompecabezas.

Tip: rota los juguetes cada semana para que siempre sienta que hay algo nuevo por descubrir, evitando que pierda interés.

2. Invítale a inventar su propio juego

Cuando te pida que juegues con él/ella, anímalo/a a crear su propia actividad. Puedes decirle:

“Vamos a ver si puedes inventar un juego con estos bloques mientras termino esto.”

Esto lo/la motiva a intentarlo por sí mismo/a, sin sentir que lo/a estás rechazando. Luego, refuerza positivamente su esfuerzo diciendo:

“¡Qué buena idea tuviste! Me encanta cómo jugaste con esto.”

3. Haz del aburrimiento una oportunidad

En lugar de resolverle el aburrimiento de inmediato, explícale que estos momentos son perfectos para dejar volar su imaginación. Una frase sencilla como: “Cuando no sabemos qué hacer, es cuando surgen las ideas más geniales.” le ayudará a ver el aburrimiento de forma positiva.

4. Establece momentos exclusivos para jugar juntos/as

Dedica un tiempo fijo al día para jugar con tu hijo/a, como después del trabajo o antes de dormir. Esto le asegura que, aunque no siempre estés disponible, tendrá momentos especiales contigo.

Tip: en este tiempo exclusivo, apaga las distracciones como el móvil para que el juego sea realmente significativo.

5. Define límites claros sobre tu tiempo

Es importante que tu hijo/a entienda que no siempre puedes jugar con él/ella. Por ejemplo, dile:

“Ahora estoy ocupado/a, pero en 15 minutos estaré contigo.”

Respeta ese compromiso para que confíe en que puede contar contigo más tarde, pero también aprenda a respetar tus momentos.

6. Inspira independencia con tu ejemplo

Los niños y niñas aprenden observando. Si te ven disfrutando de una actividad personal, como leer o pintar, querrán imitarte. Invítalos/as a acompañarte con su propio material, como un libro o un dibujo.

Beneficios para toda la familia

Aplicar estas estrategias no solo te permitirá disfrutar de momentos de tranquilidad, sino que también ayudará a tu hijo/a a:

• Aprender a entretenerse solo/a.
• Desarrollar su creatividad.
• Mejorar su capacidad de concentración.

Por lo general, puedes estar tranquilo/a mientras tu hijo/a juega solo/a en un espacio seguro, como su habitación. Sin embargo, si buscas una manera de mantenerte conectado/a cuando juega solo/a o está fuera de casa, los relojes inteligentes con GPS y llamadas son una opción práctica. Estos dispositivos permiten una comunicación sencilla sin necesidad de recurrir a un móvil.

Recuerda que fomentar su capacidad de jugar solo/a requiere paciencia, pero los beneficios son inmensos tanto para ellos/as como para ti.