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¿Cansado/a de que tu hijo/a se levante de la mesa durante la comida? Estas estrategias pueden cambiarlo todo

El caso de Patricia y su hijo Juanito

Patricia, madre de dos niños pequeños, se sentía frustrada cada vez que se sentaba a la mesa a comer. Su hijo, Juanito, de 4 años, no se quedaba quieto. Se levantaba una y otra vez, corría alrededor de la mesa y, a veces, se metía debajo de ella. Las comidas se habían convertido en una auténtica batalla, y Patricia comenzaba a sentirse agotada.

Un día, después de una comida especialmente caótica, Patricia decidió probar algo diferente. En lugar de regañar a Juanito o imponerle reglas estrictas, se acercó a él y le dijo:

“Juanito, sé que tienes mucha energía, pero necesitamos estar sentados juntos para disfrutar de la comida. Vamos a intentarlo durante 10 minutos, solo 10 minutos, y después podrás levantarte si lo necesitas.”

Para su sorpresa, Juanito aceptó el trato con una sonrisa y se sentó durante esos 10 minutos. Aunque al principio parecía impaciente, poco a poco se fue relajando mientras comía. Cuando terminaron, Patricia le recordó que todos debían acabar juntos y que podrían levantarse cuando estuvieran listos. La comida se convirtió en un momento mucho más tranquilo, y, aunque no fue perfecto, Patricia notó un cambio significativo. Desde entonces, las comidas han sido mucho más tranquilas, y Juanito ya sabe que, después de esos 10 minutos sentado, podrá levantarse si quiere y lo necesita.

¿Cómo evitar que tu hijo/a se levante durante las comidas? Consejos prácticos para padres/madres

Las comidas familiares son momentos clave para fortalecer los vínculos familiares, promover la comunicación y enseñar buenos hábitos alimenticios. Sin embargo, muchos padres y madres se enfrentan al mismo reto que Patricia, ya que sus hijos/as se levantan constantemente de la mesa durante el desayuno, almuerzo o cena, lo que no solo interrumpe la dinámica familiar, sino que también puede generar estrés y prolongar innecesariamente la hora de comer. A continuación, ofrecemos soluciones prácticas que pueden ayudar a fomentar una rutina de comida tranquila.

1. Establece expectativas claras desde el principio

Desde el comienzo de la comida, es esencial que tu hijo/a entienda qué se espera de él/ella. Según diversos estudios en psicología infantil, los niños/as necesitan estructura y previsibilidad para sentirse seguros/as y orientados/as. Explicar de manera calmada y amable que durante la comida todos deben estar sentados/as juntos/as para disfrutar de la comida crea un entorno en el que tu hijo/a sabe lo que se espera sin sentirse presionado/a.

Ejemplo de cómo transmitir esta idea:

“Durante las comidas, necesitamos estar sentados/as juntos/as para comer.”

La consistencia es clave en este enfoque. Los niños/as pequeños/as, especialmente entre los 3 y 5 años, suelen probar los límites, por lo que es fundamental que los padres/madres sean firmes pero suaves en sus expectativas. Ser claro/a sin ser autoritario/a favorece la comprensión y el autocontrol.

2. Ofrece un tiempo limitado para permanecer sentado/a

Uno de los motivos más comunes por los que los niños/as pequeños/as se levantan durante las comidas es que tienen mucha energía acumulada y les cuesta mantenerse quietos/as durante períodos largos. La teoría del desarrollo cognitivo de Piaget (1952) sugiere que los niños/as de estas edades todavía están en etapas de desarrollo que favorecen la actividad física y el movimiento. Por lo tanto, establecer un tiempo limitado para permanecer sentados/as puede ser una estrategia efectiva.

Por ejemplo:

“Vamos a sentarnos juntos/as durante 10 minutos. Después, si quieres, puedes levantarte.”

Ofrecer un tiempo de permanencia sentado/a definido ayuda a que tu hijo/a se sienta menos restringido/a, sabiendo que podrá moverse después de un corto período de tiempo. Esta técnica se basa en el refuerzo positivo, donde se premia el comportamiento esperado, favoreciendo la motivación y la cooperación.

3. Haz de la comida un momento agradable y relajado

El ambiente durante las comidas influye directamente en la forma en que los niños/as se comportan. Según estudios sobre el ambiente familiar y la crianza positiva, los niños/as tienden a adaptarse mejor cuando las interacciones son positivas y cálidas (Rosen et al., 2011). En lugar de enfocarte exclusivamente en que tu hijo/a permanezca sentado/a, refuerza los aspectos positivos de compartir la mesa, como la oportunidad de disfrutar juntos/as y hablar sobre diferentes temas.

Ejemplo:

“Me encanta comer juntos/as y hablar. Después de la comida, podremos hacer algo divertido.”

Crear una atmósfera relajada y positiva no solo mejora la dinámica familiar, sino que también fomenta hábitos alimenticios saludables. Los niños/as son más propensos/as a asociar la hora de la comida con una experiencia agradable cuando se les ofrece un espacio de calma y disfrute.

4. Recuerda las reglas

Si tu hijo/a se levanta antes de tiempo, recuérdale las reglas de manera tranquila y respetuosa. Los niños/as responden mejor a los recordatorios suaves y no a la imposición. Una corrección tranquila, como:

“Todavía estamos comiendo. Cuando todos/as terminemos, nos levantaremos juntos/as.”

Este tipo de enfoque permite que el niño/a entienda el comportamiento esperado sin crear una atmósfera de confrontación o conflicto, lo que promueve una mejor aceptación de las normas.

5. Fomenta un modelo a seguir

Los niños/as aprenden observando a sus padres/madres. Según Bandura (1977), el aprendizaje social o modelado es un proceso mediante el cual los niños/as adoptan comportamientos observados en adultos significativos. Si tu hijo/a te ve sentado/a tranquilamente disfrutando de la comida, es más probable que adopte el mismo comportamiento.

Asegúrate de ser un modelo positivo, mostrando disfrute en la comida y en la interacción familiar. La consistencia de tus acciones contribuirá a que tu hijo/a asocie la mesa como un lugar de calma y disfrute.

6. Comidas breves y agradables

Las comidas prolongadas pueden hacer que los niños/as pierdan el interés y se sientan incómodos/as, especialmente si son pequeños/as. Los niños/as pequeños/as tienen períodos limitados de atención y concentración. Por ello, hacer las comidas relativamente breves y agradables, con tiempo suficiente para comer, es clave para evitar que tu hijo/a se levante.

Conclusión

Mantener a tu hijo/a sentado/a durante las comidas no tiene por qué ser un desafío. Con expectativas claras, un ambiente positivo y un enfoque flexible, es posible crear una rutina de comidas tranquila y estructurada. Al implementar estos consejos prácticos y basados en principios científicos de psicología y educación, podrás transformar la hora de comer en un momento armonioso para toda la familia, favoreciendo el desarrollo emocional y social de tu hijo/a y creando hábitos saludables que perduren en el tiempo.

Bibliografía

Bandura, A. (1977). Social learning theory. Prentice Hall.

Piaget, J. (1952). The origins of intelligence in children. International Universities Press.

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