¿A qué edad deberían los niños tener un smartphone? Esta es la pregunta que un grupo de 49 escuelas en West Midlands, lideradas por Tom Beveridge, director de la escuela Alderbrook en Solihull, está planteando a los padres. Según informa Luisa Brierley, para la BBC, estas instituciones han enviado una carta conjunta para sugerir “hacer una pausa” antes de adquirir smartphones para los más jóvenes, destacando los riesgos asociados con su uso excesivo.
Impacto de los smartphones en niños de 12 años: cifras alarmantes y decisiones valientes
El 97% de los niños de 12 años ya posee un teléfono móvil, según datos del regulador Ofcom. Sin embargo, Beveridge destaca que los teléfonos inteligentes son una fuente recurrente de estrés, distracciones en el aula y conflictos relacionados con el bullying. Por este motivo, su escuela ha implementado un programa voluntario para que los alumnos de séptimo año guarden sus teléfonos durante la jornada escolar.
En solo un mes, más de la mitad de los estudiantes de este curso decidió dejar sus dispositivos en los casilleros asignados por la escuela. Mila, una de las alumnas participantes, asegura sentirse “menos estresada”, mientras que Elliot, otro estudiante, afirmó que su teléfono era una “gran distracción”.
Una propuesta que se convertirá en norma obligatoria
A partir del próximo curso, la iniciativa será obligatoria para los estudiantes de séptimo año y podría extenderse a cursos superiores. Beveridge explicó que el objetivo es fomentar una norma social en la que los niños no reciban un smartphone antes de los 14 años, lo que aliviaría la presión sobre los padres a la hora de tomar esta decisión.
El lado oscuro de la tecnología
Durante un evento informativo organizado por la escuela, expertos y alumnos mayores compartieron historias sobre los riesgos de los teléfonos inteligentes. Harriet, estudiante de 17 años, habló sobre la necesidad de usar aplicaciones para bloquear su móvil durante el estudio y relató una experiencia negativa de acoso digital que sufrió a los 16 años.
Claire Smith, directora de Tudor Grange Academy, destacó los beneficios de las políticas sin teléfonos móviles, que permiten a los alumnos socializar, jugar y concentrarse en sus estudios sin distracciones.
Un cambio necesario para familias y comunidades
La reunión buscó involucrar no solo a las escuelas, sino también a padres y comunidades, ofreciendo información sobre los riesgos del uso excesivo de la tecnología y animando a las familias a tomar decisiones informadas.
Para los padres preocupados que buscan una alternativa segura que permita a los niños estar conectados sin exponerse a los riesgos del mundo digital, un reloj inteligente con GPS y llamadas se presenta como una solución ideal. Esta herramienta facilita la comunicación entre padres e hijos, evitando las distracciones y peligros asociados a los smartphones.
Conclusión: menos móviles, mayor bienestar para los niños
Los teléfonos inteligentes, aunque útiles, pueden convertirse en una fuente de estrés, distracción y riesgos para los niños si no se utilizan de forma responsable. La iniciativa de las escuelas de West Midlands subraya la importancia de retrasar su uso hasta edades más maduras, fomentando hábitos saludables, mayor concentración en el aprendizaje y una mejor salud mental. Limitar el acceso temprano a los móviles no es ir en contra de la tecnología, sino en favor de un desarrollo más seguro y equilibrado para los más jóvenes.
