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¿Tu hijo/a se preocupa excesivamente por sus errores? Señales de alarma y consejos para ayudarlo/a

¿Cuándo debe un padre o una madre preocuparse?

Es normal que los niños y las niñas tengan pensamientos negativos ocasionales, especialmente cuando enfrentan nuevos desafíos o cometen errores. Sin embargo, cuando el diálogo interno negativo se vuelve persistente y afecta su bienestar, puede ser una señal de alerta.

Algunas señales preocupantes incluyen pensamientos autocríticos constantes que no se basan en la realidad, ansiedad extrema ante situaciones en las que suelen desempeñarse bien o cambios en sus hábitos de sueño, alimentación o comportamiento. Además, si su actitud negativa comienza a interferir con su rendimiento escolar o sus relaciones con otros niños y niñas, es importante prestar atención.

Si notas estas señales en tu hijo o hija, es fundamental apoyarlo/a y buscar estrategias para ayudarlo/a a manejar sus pensamientos de manera saludable. En algunos casos, consultar con un/a especialista puede ser una opción para comprender mejor la situación y brindarle el apoyo adecuado.

Los errores forman parte natural del aprendizaje, pero algunos niños y niñas los viven con ansiedad o autocrítica excesiva. Como padres y madres, podemos guiarlos/as para que los vean como oportunidades de crecimiento en lugar de fracasos.

¿Cómo puedes ayudarlos/as?

Aquí te ofrecemos algunos consejos que puedes aplicar:

Escuchar y validar sus emociones

🔹 No minimices ni ignores sus sentimientos cuando expresen frustración por equivocarse. Aunque a ti te parezcan tonterías o preocupaciones sin importancia, para ellos y ellas son reales.

🔹 Pregunta con calma: “¿Qué es lo que más te molesta de este error?” o “¿Cómo te puedo ayudar?”

🔹 Ofrece un espacio seguro para que expresen sus preocupaciones.

Reemplazar el diálogo interno negativo por uno más realista

🔹 En vez de responder con optimismo excesivo (“Todo estará bien!”), ayúdales a ver la realidad:

  • Si te dice algo como: “Nunca voy a ser bueno/a en matemáticas”, dile que “Las matemáticas son difíciles a veces, pero con práctica mejorará poco a poco.”

🔹 Comparte con ellos y ellas experiencias propias en las que superaste errores, ya sea en la escuela (como en exámenes o exposiciones orales), en el trabajo o en situaciones personales. Esto les ayudará a ver que equivocarse es normal y que pueden aprender de cada experiencia.

Poner los errores en contexto

🔹 Enséñales que un solo error no define su capacidad.

🔹 Pregunta: “¿Recuerdas otra vez que cometiste un error y aprendiste algo importante?”

🔹 Recuérdales que incluso los científicos e inventores han logrado grandes cosas aprendiendo de sus fallos.

Convertir el error en una oportunidad de aprendizaje

🔹 Evita corregir de inmediato; mejor guíalos/as con preguntas como: “¿Qué podrías hacer diferente la próxima vez?”

🔹 Refuerza el pensamiento crítico con frases como: “Los errores son pistas sobre lo que necesitamos aprender.”

➡️ Por ejemplo, si tu hijo o hija se ha puesto muy nervioso/a durante una exposición y ha cometido varios errores, en lugar de decirle qué hacer directamente, ayúdala/o a reflexionar con preguntas: “¿Por qué crees que te sentiste así?” o “¿Cómo podrías prepararte mejor para la próxima vez?” Si te dice que fue por falta de práctica, anímalo/a diciéndole: “Eso tiene solución. Puedes ensayar frente al espejo o practicar con la familia para sentirte más seguro/a. Con cada intento mejorarás.”

Esto refuerza la idea de que los errores no son fracasos, sino oportunidades para aprender y mejorar.

Modelar una actitud positiva frente a los errores

🔹 Si te equivocas, verbaliza tu proceso de aprendizaje:

  • ❌ No digas: “¡Soy terrible cocinando!”
  • ✅ Di algo como: “Este plato no me ha salido bien, pero la próxima vez lo haré mejor porque sé exactamente en qué me he equivocado esta vez.” Estos comentarios refuerzan la idea de aprendizaje y autoconciencia.

🔹 Evita comentarios autocríticos en voz alta sobre ti mismo/a.

Mantener comunicación con la escuela

Mantén una comunicación constante con la escuela. Conversa con sus maestros y maestras sobre las preocupaciones que has notado en casa. Tener su perspectiva te permitirá entender mejor la situación y tomar decisiones informadas.

🔹 Pregunta a los docentes si han notado la misma tendencia a la frustración en el aula.

🔹 Si los errores afectan su bienestar, considera buscar apoyo de un/a profesional.

Conclusión

El miedo al error puede limitar el crecimiento de los niños y niñas, pero una mentalidad de aprendizaje los impulsa a superarse. Como padres y madres, tenemos el poder de transformar su visión de los errores: no como fracasos, sino como escalones hacia el éxito. Cuando aprenden a enfrentarlos con confianza, no solo fortalecen su resiliencia, sino que también desarrollan la valentía para intentar, fallar y volver a intentarlo.