Este artículo, escrito por Ignacio Zafra para el periódico El País, analiza cómo los alumnos españoles de 2º de la ESO han superado el promedio de la Unión Europea (UE) en habilidades digitales según el Estudio Internacional sobre Competencia Digital (ICILS) 2024, un informe elaborado por la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro Educativo (IEA). España logró 495 puntos, ligeramente por encima de la media comunitaria (493) y comparable a países como Alemania (502), Francia (498) o Italia (491). Este resultado posiciona a España como un país con desempeño moderado, alejándose tanto de los mejores como de los peores resultados globales.
Resultados destacados de España en el informe ICILS:
- Posición en la tabla global:España se sitúa a mitad de tabla, destacando frente a países como Azerbaiyán (319) y Kosovo (356), pero lejos de líderes como Corea del Sur (540) y República Checa (525).
- Desempeño autonómico:Cataluña lidera entre las comunidades autónomas con 518 puntos, similar a Dinamarca. Le siguen Madrid (514) y Asturias (512). En contraste, Melilla (432) y Ceuta (421) obtuvieron las puntuaciones más bajas.
- Impacto socioeconómico:Los estudiantes de hogares más ricos en España superan a sus pares menos favorecidos por 69 puntos, una brecha menor que el promedio europeo (79 puntos).
- Diferencias de género:Las alumnas españolas logran 19 puntos más que los alumnos, una tendencia consistente en todos los países evaluados excepto Hungría y Uruguay.
- Limitaciones familiares en el uso de pantallas:Los jóvenes españoles son los más regulados de la UE en tiempo de uso de dispositivos: solo el 41,5% no tiene restricciones, frente al 59,4% del promedio europeo.
¿Es suficiente con desarrollar competencias digitales?
Si bien los resultados del ICILS reflejan un avance positivo en habilidades digitales, centrarse exclusivamente en este ámbito puede resultar insuficiente para formar a estudiantes preparados para los retos del futuro. Las competencias digitales son esenciales, pero deben complementarse con habilidades transversales como el pensamiento crítico, la creatividad, el trabajo en equipo y la gestión emocional.
Diversos expertos coinciden en que el equilibrio entre las competencias tecnológicas y las humanas es fundamental para garantizar el desarrollo integral del alumnado. Por ejemplo, un uso excesivo de pantallas, aunque supervise actividades educativas, puede limitar el tiempo dedicado a otras formas de aprendizaje, como la lectura profunda, la resolución de problemas complejos o actividades que fomenten habilidades sociales y físicas.
Factores clave en habilidades digitales:
- Acceso a recursos tecnológicos:Aunque el 63,2% de los estudiantes españoles cuenta con conexión de calidad a Internet, solo el 56,7% tiene acceso a un ordenador para tareas escolares, por debajo del promedio europeo (64,4%).
- Educación digital en los centros:En España, un 50,1% de los alumnos recibe formación sobre el uso seguro de las TIC, ligeramente superior a la media de la UE. Sin embargo, el país está rezagado en formación para la programación (27,4% frente al 33,2% europeo).
- Brecha en el acceso a dispositivos:La disponibilidad de ordenadores varía significativamente entre regiones: mientras que en Cataluña el 80,9% de los hogares tiene al menos dos dispositivos, en Canarias esta cifra baja al 54,9%.
Un enfoque más equilibrado para el futuro
Este es el primer año que España participa en el ICILS, y los resultados reflejan un sistema educativo con áreas de mejora pero también con fortalezas importantes. La menor dispersión en los resultados indica que la mayoría de los estudiantes logran competencias digitales básicas, aunque el país debe trabajar en reducir las brechas territoriales y mejorar el acceso a tecnologías clave.
No obstante, para formar ciudadanos plenamente competentes, no basta con dominar las tecnologías. Es esencial fomentar un aprendizaje holístico que combine habilidades digitales con conocimientos académicos sólidos y el desarrollo de capacidades personales. España debe aprovechar los avances en tecnología educativa como una herramienta, pero sin olvidar que la verdadera preparación para el futuro implica aprender a pensar, colaborar y adaptarse a un mundo en constante cambio.
En este sentido, dispositivos como los relojes inteligentes con GPS y llamadas pueden ser un complemento ideal para esta visión equilibrada, ayudando a los menores a mantener conexiones seguras con sus familias mientras se reduce su exposición innecesaria al mundo digital.