Anécdota: El caso de Laura y su hijo Diego
Sara estaba cansada de que su hijo Diego, de 14 años, dejara la cama deshecha todos los días, intentó de todo para motivarle a que la hiciera. Al principio, le decía que era una obligación y le recordaba cada mañana la importancia de tener la habitación ordenada. Sin embargo, Diego se resistía, y las discusiones se volvían cada vez más tensas.
Un día, cansada de regañarle sin éxito, Sara decidió probar algo diferente. Por la mañana, entró en la habitación de Diego y le dijo: “Hoy vamos a hacerlo juntos. Vamos a dejar la cama lista para el día”. Mientras estiraban las sábanas y colocaban las almohadas, Sara le comentó que hacer la cama era una forma de empezar bien el día y tener el control de su espacio. Diego, que siempre había considerado la tarea innecesaria, empezó a ver que era algo más que solo estirar las sábanas. Además, Sara le permitió elegir los cojines y una manta que le gustaban para darle su toque personal a la cama.
Al principio, Diego lo hacía solo porque su madre estaba allí, pero pronto se dio cuenta de que realmente se sentía mejor con su habitación ordenada. Con el tiempo, se convirtió en un hábito, y ahora, después de levantarse, Diego hace la cama sin que se lo pidan.
Sara no solo enseñó a su hijo a hacer la cama, sino que, sin quererlo, fortaleció su relación, al compartir un momento juntos, y ayudó a Diego a desarrollar una nueva responsabilidad que él mismo valoraba.
Consejos prácticos para motivar a tu hijo/a a hacer la cama
Uno de los retos más comunes en la educación de los adolescentes es fomentar la responsabilidad y el orden en las tareas diarias. Una de las más pequeñas, pero fundamentales, es hacer la cama. Sin embargo, muchos niños y adolescentes no comprenden la importancia de esta actividad y prefieren dejar su cama desordenada. Aquí te ofrecemos soluciones prácticas y sencillas para motivar a tu hijo/a a realizar esta tarea, promoviendo a la vez hábitos positivos de organización.
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Hacedlo juntos al comienzo
A menudo, los adolescentes no realizan tareas domésticas como hacer la cama porque no entienden cómo hacerlo correctamente o no ven la razón para hacerlo. La mejor manera de empezar es hacer la actividad junto a tu hijo/a. Esto no solo les enseña cómo hacerlo, sino que también les da la oportunidad de asociar la tarea con una experiencia compartida.
Qué hacer: comienza el día acompañando a tu hijo/a en el proceso. Explícale cómo estirar las sábanas, colocar las almohadas y dar los toques finales, como añadir una manta o cojines. Usa frases motivadoras, como: “Cuando hacemos la cama, nuestro cuarto se ve más organizado y comenzamos el día con buen pie”.
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Ofrece opciones para personalizar
Los adolescentes a menudo se resisten a las tareas que perciben como aburridas o sin sentido. Para hacer la tarea más atractiva, permite que tu hijo/a personalice su espacio. Esto les dará un sentido de control y hará que la actividad sea más significativa para ellos/as.
Qué hacer: permite que elijan las sábanas o cojines que más les gusten. Involúcralos/as en la decoración de su cama para que la tarea se sienta más como una oportunidad de expresión personal que una obligación.
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Elogia los esfuerzos, no la perfección
Es importante recordar que el objetivo de esta tarea no es que la cama quede perfecta, sino que tu hijo/a adquiera el hábito de mantener su espacio ordenado. Si haces demasiado énfasis en la perfección, podrías desmotivarle. En cambio, celebra su esfuerzo, sin importar cómo quede.
Qué hacer: alaba a tu hijo/a por hacer el esfuerzo, incluso si la cama no está perfecta. Elogia su responsabilidad y el trabajo que ha puesto en la tarea. Puedes usar frases como: “¡Qué bien ha quedado tu cama hoy! Es un gran paso hacia un cuarto más ordenado”.
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Establece una rutina diaria
La clave para que tu hijo/a haga la cama todos los días es incorporar esta tarea en su rutina diaria. Cuando algo se convierte en un hábito, es mucho más fácil hacerlo sin pensar. Establecer un horario fijo para hacer la cama ayudará a que tu hijo/a lo vea como parte de su día, no como una obligación puntual.
Qué hacer: haz que hacer la cama sea lo primero que haga al levantarse. Establecer una rutina, como “primero haces la cama, luego desayunas”, ayuda a establecer una estructura. Asimismo, recuérdale que el orden contribuye a un ambiente más agradable y acogedor en su habitación.
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Hazlo una tarea familiar
Cuando los/as niños/as ven que toda la familia participa en las tareas domésticas, pueden sentir que formar parte de esa rutina es una actividad normal y valiosa. Haz de las tareas del hogar algo colaborativo.
Qué hacer: establece un momento del día en el que todos en la casa colaboren en el orden y mantenimiento del hogar. De esta manera, tu hijo/a verá que hacer la cama no es solo una tarea individual, sino una responsabilidad compartida.
Conclusión
Enseñar a tu hijo/a a hacer la cama va más allá de una tarea diaria; es una oportunidad para fomentar la responsabilidad, la autonomía y el orden. Cada niño/a es diferente, y algunos pueden adoptar este hábito rápidamente, mientras que otros necesitan más tiempo y motivación. Es importante ser paciente y mantener un enfoque positivo y constante, celebrando el esfuerzo más que la perfección.
Cuando hacer la cama se convierte en una actividad atractiva y personalizada, tu hijo/a tomará conciencia de la importancia de cuidar su espacio y desarrollar hábitos de organización que le serán útiles en su vida diaria. Al integrar esta tarea de manera estructurada en su rutina, estará adquiriendo herramientas para la gestión del tiempo y el orden.
Recuerda que, con paciencia y refuerzo positivo, este hábito se convertirá en parte natural de su día a día, contribuyendo a su crecimiento personal y bienestar.
Por último, mientras tus hijos/as aprenden a desarrollar estos hábitos de responsabilidad y organización, también puedes asegurarte de su bienestar y seguridad cuando salgan de casa. El reloj inteligente con GPS y llamadas ofrece una alternativa al móvil, permitiéndote mantenerte conectado/a con ellos/as sin exponerles a los riesgos del mundo digital. Un dispositivo práctico que te ayudará a estar tranquilo/a mientras fomentas su autonomía.