Cuando tu hijo/a se muestra posesivo/a con sus amigos/as, es importante que le ayudes a comprender que las amistades son una fuente de enriquecimiento y no de competencia. A continuación, te ofrezco algunos consejos prácticos y efectivos que puedes implementar para mejorar su actitud y comprensión sobre las relaciones sociales.
¿Por qué mi hijo/a se muestra posesivo/a con sus amigos/as?
Antes de intervenir, es importante entender qué hay detrás de esta actitud. Algunos motivos habituales pueden ser:
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Inseguridad emocional o miedo a perder la amistad.
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Dificultad para compartir espacios o afecto.
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Falta de experiencias previas en grupos diversos.
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Creencias como “si mi amigo/a juega con otro/a, ya no me quiere”.
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Celos infantiles que no saben expresar de otra manera.
Reconocer esto te permitirá abordar la situación desde la comprensión y no desde la corrección inmediata.
Consejos prácticos
Introduce el concepto de “círculos de amigos/as”
A veces, los niños/as piensan que tener un/a “mejor amigo/a” significa que esa amistad debe ser exclusiva, sin espacio para otros/as. Sin embargo, es importante enseñarles que las relaciones sociales son más flexibles y enriquecedoras cuando comprendemos que cada amigo/a ocupa un espacio especial y que todos/as los/las amigos/as pueden tener otros/as amigos/as sin que eso afecte el cariño o la importancia de la relación.
Ejemplo práctico:
Dibuja junto a tu hijo/a varios círculos concéntricos (en forma de diana):
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En el centro estará él/ella, como la persona más cercana.
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En el primer círculo estarán los/las amigos/as más cercanos/as, como aquellos/as con los/las que juega más a menudo o comparte actividades especiales.
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En el siguiente círculo estarán los/las compañeros/as de la escuela, niños/as con los/las que juega de vez en cuando o que se conocen de otros entornos.
Explícale que estos círculos pueden expandirse y cambiar, y que todos/as los/las amigos/as ocupan un lugar único sin que uno/a reste al otro/a.
¿Cómo hacerlo?
Cuando tu hijo/a hable de un/a amigo/a que juega con otros/as niños/as o tiene más amigos/as, puedes decir algo como:
“Es fantástico que tu amigo/a tenga otros/as amigos/as, eso significa que todos/as se enriquecen y pueden compartir cosas diferentes con otras personas. Tú también puedes tener muchos/as amigos/as y cada uno/a es especial. ¡Así el círculo de amigos/as se hace más grande y divertido!”
Fomenta la empatía con frases sencillas y situaciones cotidianas
Los/las niños/as pequeños/as necesitan herramientas concretas y adaptadas a su edad para ponerse en el lugar de los/las demás.
Frases que puedes practicar:
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“Podemos jugar todos/as juntos/as, será más divertido.”
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“A mí también me gustaría que me invitaran a jugar.”
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“Cuando jugamos juntos/as, cada uno/a tiene ideas diferentes y eso hace que los juegos sean mucho más divertidos.”
Caso real:
Julia, de 5 años, no quería que su amiga Clara jugara con otros/as niños/as. Su madre le dijo: “Julia, ¿cómo te sientes cuando te dejan fuera de un juego? A Clara a veces le pasa lo mismo si no la dejamos jugar con quien quiera. ¿Qué podemos hacer para que todas/os estén contentas/os?”
Esa conversación ayudó a Julia a ponerse en el lugar de su amiga y a proponer juegos compartidos.
Establece normas claras sobre respeto y libertad en la amistad
Los/las niños/as necesitan límites claros para aprender a convivir. Explícales que:
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Los/las amigos/as pueden jugar con otras personas y eso no significa que dejen de quererlos/as.
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Nadie es dueño/a de sus amigos/as, y que cada uno/a tiene derecho a elegir.
Ideas para reforzarlo:
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Leer juntos/as cuentos sobre la amistad compartida (por ejemplo: “Nos tratamos bien”, de Lucía Serrano).
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Poner normas de convivencia en juegos grupales:
👉 “Cada uno/a puede decidir con quién jugar.”
👉 “Si alguien quiere cambiar de juego, está bien.”
👉 “Todos/as merecen sentirse incluidos/as.”
Crea una “tabla de emociones” para identificar y gestionar los celos
Cuando hay celos infantiles o frustración, lo ideal no es negar esa emoción, sino enseñarle a reconocerla y gestionarla.
Cómo hacerlo:
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Dibuja una tabla o usa emojis de colores.
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Asocia cada emoción a un color:
🟡 Alegría
🔴 Enfado
🔵 Tristeza
🟢 Celos
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Cuando se produzca una situación conflictiva, pídele que elija cómo se siente y ponga ese color en la tabla.
Preguntas que puedes usar:
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¿Cómo te sentiste cuando viste a tu amigo/a jugar con otro/a niño/a?
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¿Qué nombre le pondrías a esa emoción?
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¿Cómo podrías sentirte mejor la próxima vez?
Este ejercicio le ayuda a normalizar sus emociones y a buscar soluciones en vez de actuar desde la posesión.
Refuerza su autoestima para que se sienta seguro/a con sus relaciones
Muchos comportamientos posesivos tienen raíz en inseguridades personales. Es esencial trabajar en la autoestima infantil para que el/la niño/a se sienta valioso/a sin depender de la exclusividad de una amistad.
Acciones diarias:
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Valora sus cualidades: “Eres muy divertido/a, y a la gente le encanta jugar contigo.”
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Anima su independencia: “Hoy has hecho nuevos/as amigos/as en el parque, ¡qué bien te relacionas con todos/as!”
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Evita etiquetas como “es muy celoso/a” o “no sabe compartir”, ya que refuerzan la conducta no deseada.
Evita modelar conductas autoritarias en casa
Muchas veces los/las niños/as actúan de forma dominante o posesiva porque repiten conductas que observan en casa.
Qué puedes hacer:
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Evita utilizar frases como “Aquí se hace lo que yo diga” o “Porque lo digo yo” constantemente.
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Promueve en casa un ambiente donde se dialoga, se acuerda y se respetan los turnos y opiniones.
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Da ejemplo mostrando empatía y respeto en las interacciones familiares.
Recuerda: los/las niños/as aprenden más de lo que ven que de lo que se les dice.
Cuando un/a niño/a no respeta a los/las demás o se impone para conseguir lo que quiere, es importante enseñarle a relacionarse de manera asertiva.
¿Qué es una conducta agresiva infantil?
Es aquella en la que el/la niño/a impone sus deseos sin tener en cuenta los sentimientos ni los derechos de los/las demás. Puede manifestarse a través de:
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Mandar y decidir siempre.
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Levantar la voz o adoptar posturas desafiantes.
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Ignorar las emociones o necesidades de sus compañeros/as.
Cómo ayudarle:
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Enséñale a expresar lo que quiere sin imponerlo.
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Practica con él/ella frases como:
👉 “¿Podemos jugar a lo que yo quiero después?”
👉 “¿Te gustaría que decidiéramos juntos/as?”
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Explícale que respetar a los/las demás no significa renunciar a sus deseos, sino encontrar la forma de convivir.
Ayúdale a entender que no siempre se puede mandar
Si un/a niño/a se acostumbra a decidir todo o a imponer su voluntad, es importante enseñarle que en la vida, no siempre se sale uno/a con la suya.
Cómo hacerlo:
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Deja que experimente pequeñas frustraciones en casa:
👉 No siempre elegirá la peli, el juego o el cuento.
👉 Habrá turnos, votaciones o decisiones de grupo.
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Valida sus emociones cuando no le guste, pero mantén los límites firmes y claros.
Este aprendizaje será clave para aceptar que sus amigos/as también pueden elegir con quién jugar o a qué actividad sumarse.
¿Qué aprenderá tu hijo/a si lo acompañas así?
✔️ Entenderá que las amistades son libres y que puede disfrutar de juegos compartidos sin miedo a perder a nadie.
✔️ Aprenderá a gestionar sus emociones, como los celos o la frustración, de forma saludable.
✔️ Mejorará su autoestima y seguridad emocional, lo que le permitirá establecer relaciones sanas, basadas en la confianza.
✔️ Desarrollará empatía y respeto hacia las decisiones y sentimientos de los/las demás.
Conclusión
Cuando tu hijo/a muestra comportamientos posesivos con sus amigos/as, es esencial enseñarle que las amistades son para enriquecer, no para competir. A través de enfoques como los “círculos de amigos/as”, fomentar la empatía y enseñar normas de respeto, le ayudas a comprender que las relaciones pueden ser diversas y positivas. Además, al reforzar su autoestima y ofrecer herramientas para gestionar emociones como los celos, le proporcionas la seguridad necesaria para que se sienta cómodo/a en sus interacciones sociales. De este modo, no solo mejorará sus relaciones con los/las demás, sino también su bienestar emocional.