Es normal que algunos/as niños/as y adolescentes se sientan nerviosos/as al ver ciertas escenas en películas y series. Como padres y madres, podemos ayudarles a gestionar esas emociones, a comprender lo que ven y a prepararse para la realidad.
Aquí tienes una guía práctica con pasos claros para hacerlo.
1. Elige películas y series adecuadas para su edad
Por qué es importante:
Las clasificaciones por edades no son solo una recomendación; están pensadas para proteger a los/as niños/as de contenidos violentos, sexuales o emocionalmente intensos que pueden asustarles o angustiarles.
Cómo hacerlo:
-
Consulta siempre la clasificación por edades (+7, +12…).
-
Si no estás seguro/a, ve la película o los trailers previamente o consulta reseñas de otras personas.
-
Utiliza apps o webs como Common Sense Media o Decine21 que informan sobre contenidos sensibles.
-
Haz una lista de películas “seguras” recomendadas para su edad, y deja que elija entre ellas. Esto le da control sobre lo que ve.
Ejemplo:
Si tu hijo/a tiene 9 años, evita películas como Los Vengadores o Jurassic World, aunque sean muy populares, porque tienen escenas violentas y situaciones de gran tensión.
2. Observa qué escenas le afectan
Por qué es importante:
No todos/as los/as niños/as se alteran por lo mismo. Algunas escenas que pueden parecer normales pueden inquietarles.
Cómo hacerlo:
-
Vigila si se tapa los ojos, se agarra a ti, se pone inquieto/a o cambia de expresión.
-
Si notas que algo le incomoda, haz una pausa y pregúntale cómo se siente.
-
Hablen sobre lo que ocurre en la película, por ejemplo, “¿Te ha dado miedo esta parte?” o “¿Qué te ha puesto triste de lo que acabas de ver?”
Ejemplo:
Cuando termine una escena tensa, pregunta: “¿Te ha dado miedo? ¿Te ha puesto triste? ¿Qué parte no te ha gustado?”
3. Explícale que en la vida real también hay situaciones complicadas
Por qué es importante:
Cuando tu hijo/a se inquieta viendo escenas complicadas en películas, es bueno explicarle que en la vida real también hay momentos difíciles, pero que se pueden afrontar de forma tranquila y con ayuda. Evitar estos temas no evita que existan, y hablarlos le ayudará a entender mejor lo que siente.
Cómo hacerlo:
- Cuéntale que, aunque en la vida también ocurren situaciones tristes, tensas o incómodas, las personas tienen recursos para superarlas: hablando, pidiendo ayuda, respirando y buscando soluciones.
- Ponle ejemplos sencillos de su vida cotidiana, para que vea que las situaciones difíciles se pueden resolver.
Ejemplo sencillo:
“¿Te acuerdas cuando te pusiste triste porque no encontrabas tu juguete favorito? Al final lo solucionamos juntos/as y te sentiste mejor.”
4. Enséñale a diferenciar ficción y realidad
Por qué es importante:
Muchos/as niños/as no distinguen del todo qué es real y qué está preparado.
Cómo hacerlo:
-
Explícale que son actores y actrices actuando.
-
Dile que todo está ensayado, y que no es real.
Ejemplo:
“¿Ves cuando en el cole hacéis teatro y hacéis como que os enfadáis? En las pelis es igual, lo hacen para contar una historia.”
5. Habla con él/ella y valida sus emociones
Por qué es importante:
Reprimir lo que siente solo aumenta el nerviosismo. Debe saber que lo que le pasa es normal.
Cómo hacerlo:
-
Escúchale con atención. No digas “no pasa nada” o “no tengas miedo”.
-
Valida lo que siente:
“Es normal que te haya asustado, esa escena es un poco intensa”
-
Anímale a contar cómo se ha sentido.
Ejemplo:
“¿Te ha dado miedo cuando se han peleado? Es normal, a veces a mí también me pone nerviosa/o una escena así.”
6. Ofrece alternativas y técnicas de calma
Por qué es importante:
Es mejor prevenir que curar. Tener recursos a mano ayuda a rebajar la ansiedad.
Cómo hacerlo:
-
Propón ver pelis o series con mensajes positivos, humor o aventuras.
-
Si se pone nervioso/a:
-
Haz una pausa y cambia de actividad.
-
Respira con él/ella lenta y profundamente.
-
Hazle imaginar un lugar bonito o tranquilo.
-
Ejemplo:
“Vamos a parar la película un momento, respira conmigo despacio. Recuerda cuando fuimos a la playa, ¿te acuerdas de las olas y el sol? Eso relaja mucho.”
7. Enséñale recursos para calmarse
Por qué es importante:
Saber calmarse es una herramienta clave para su bienestar emocional.
Cómo hacerlo:
-
Enséñale a hacer respiraciones profundas: inhala por la nariz contando hasta 4, suelta por la boca contando hasta 6.
-
Proponle cambiar de actividad: dibujar, jugar, salir a pasear.
-
Enséñale a cerrar los ojos y pensar en un sitio seguro y bonito.
Ejemplo:
“Cierra los ojos y piensa en ese parque donde jugamos la otra tarde. Escucha los pájaros, imagina cómo huele y cómo se mueve la hierba.”
8. Consulta a un/a profesional si es necesario
Por qué es importante:
Si la ansiedad es muy intensa o persiste, puede necesitar ayuda especializada.
Cómo hacerlo:
-
Observa si le cuesta dormir, evita ver la tele, tiene miedo constante o habla mucho del tema.
-
Si ocurre, consulta con un/a psicólogo/a infantil o juvenil.
Ejemplo:
“Veo que este tema te preocupa mucho y que te afecta. Podemos hablar con alguien especializado en este tema que nos puede ayudar a que te sientas mejor.”
Conclusión
Aunque es natural que los/as niños/as se sientan inquietos/as ante ciertas escenas de películas o series, es nuestra responsabilidad como padres y madres evitar exponerles a contenidos que no son apropiados para su edad o que sabemos que pueden afectarles emocionalmente. No se trata solo de proteger, sino de seleccionar bien según su madurez, carácter y sensibilidad. Además, es clave acompañarles, hablar con ellos/as, enseñarles a distinguir la ficción de la realidad y ofrecerles recursos para calmarse. Y si esa ansiedad se mantiene, acudir a un/a profesional es siempre la mejor opción.