You are currently viewing Mi hijo/a no se quiere despedir: guía práctica para padres y madres

Mi hijo/a no se quiere despedir: guía práctica para padres y madres

Si alguna vez te has encontrado con la frustración de que tu hijo/a se niega a despedirse de familiares, amigos o incluso de ti mismo, no te preocupes, te podemos ayudar. Esta situación es más común de lo que parece y, aunque puede generar preocupación o incomodidad, es completamente normal en muchas etapas del desarrollo infantil. La razón detrás de esta actitud puede ser diversa: desde la timidez y la ansiedad de separación hasta la falta de habilidades sociales para manejar las despedidas.

Como padre o madre, puede ser difícil saber cómo actuar sin presionar demasiado, pero lo más importante es entender que este comportamiento es parte del proceso de crecimiento. En este artículo, te daremos herramientas prácticas, ejemplos sencillos y soluciones efectivas para que puedas ayudar a tu hijo/a a sentirse más cómodo/a y seguro/a a la hora de despedirse, respetando siempre sus emociones. ¡Sigue leyendo y descubre cómo transformar este reto en una oportunidad para enseñarle habilidades sociales importantes!

¿Por qué mi hijo/a no quiere despedirse?

Muchos niños/as, especialmente los más pequeños/as, pueden sentir ansiedad o incomodidad al despedirse. Las razones son diversas:

  • Timidez o vergüenza: a algunos/as niños/as les cuesta mostrar sus emociones o se sienten incómodos/as en situaciones sociales.
  • Ansiedad de separación: puede ocurrir en niños/as que aún no se sienten del todo seguros/as al separarse de sus padres/madres.
  • No saben cómo hacerlo: no siempre entienden la convención social de despedirse y puede resultarles confuso.

Ejemplo: Si tu hijo/a tiene 4 años y cada vez que visitáis a los abuelos/as, se esconde detrás de ti al momento de irse, podría ser por uno de estos motivos.

¿Qué hacer si tu hijo/a no quiere despedirse?

A continuación, te damos consejos prácticos con ejemplos para que puedas aplicar de inmediato:

Valida sus emociones y hazlo/a sentir comprendido/a

En lugar de decir “¡No seas maleducado/a, despídete ya!”, valida sus sentimientos. Los niños/as necesitan saber que sus emociones son importantes y aceptadas.

Ejemplo práctico:

“Sé que no te gusta mucho despedirte, y eso está bien. A veces a los/as niños/as les cuesta. No te preocupes, puedes ir despidiéndote cuando te sientas listo/a.”

De esta manera, estás reconociendo lo que siente tu hijo/a y ayudándole a no sentirse presionado/a.

Ofrece alternativas de despedida

Es importante que el/la niño/a vea que no hay una única forma de despedirse. Si se siente incómodo/a dando un beso o un abrazo, puede hacerlo de otra manera.

Ejemplo práctico:

Imagina que estás en una fiesta con amigos/as de la familia y tu hijo/a se niega a dar un beso. Puedes decir:

“¿Qué te parece si saludas con la mano o dices ‘hasta luego’ en vez de dar un beso? Está bien si prefieres eso.”

También puedes darle opciones dependiendo de la persona:

  • “A los abuelos/as sí les puedes dar un abrazo si te apetece, pero a los/as amigos/as puedes decirles ‘adiós’ con la mano.”

De esta forma, no está obligado/a a hacer algo con lo que no se sienta cómodo/a.

Explícale el porqué de la despedida

Es esencial que los/as niños/as entiendan el propósito de la despedida, no solo que “hay que hacerlo”. El saludar y despedirse es un gesto de amabilidad y respeto hacia los/as demás.

Ejemplo práctico:

Cuando estés por irte de casa de unos/as amigos/as, puedes explicarle:

“Cuando decimos adiós a las personas, les estamos mostrando respeto y cariño. Así se sienten bien y ellos/as nos lo agradecen.”

Si tu hijo/a aún no entiende esto, no lo/a obligues, pero habla de ello suavemente y con el tiempo lo irá comprendiendo. No te preocupes si, al principio, no lo ve claro.

Dale tiempo y espacio para despedirse a su ritmo

Cada niño/a es diferente, y algunos/as necesitan un poco más de tiempo para adaptarse a ciertas situaciones. No lo/a apresures. Permítele despedirse de manera gradual.

Ejemplo práctico:

Si estás en una reunión y tu hijo/a se niega a despedirse, no lo/a presiones de inmediato. Puedes sugerir:

“Vamos a quedarnos un momento más si quieres. Cuando te sientas listo/a, me avisas para que nos despidamos.”

A veces, solo necesita ver que no hay prisa para hacerlo a su propio ritmo.

Sé el ejemplo de lo que esperas

Los/as niños/as aprenden mucho por imitación. Si deseas que tu hijo/a se despida educadamente, muestra tú también ese comportamiento.

Ejemplo práctico:

Cuando llegues a un lugar o al salir, saluda y despídete amablemente.

  • “¡Hola, qué tal! ¿Cómo estáis?”
  • “Adiós, nos vemos pronto. ¡Cuídate!”

Si ven que lo haces con naturalidad y sin forzar, ellos/as también lo imitarán.

Ofrece el respeto que ellos/as necesitan

Si en algún momento tu hijo/a no quiere dar un beso o abrazo a alguien, respétalo/a. Es fundamental que los/as niños/as sientan que sus emociones y límites son importantes.

Ejemplo práctico:

Imagina que tu hijo/a se niega a dar un beso a un/a familiar cercano/a. En lugar de insistir, di algo como:

“Está bien, si no te apetece despedirte ahora.”

Respetar su decisión le enseñará que sus emociones importan y que puede relacionarse de manera respetuosa sin sentirse presionado/a. No obstante, es fundamental que en casa se siga trabajando y hablando de la importancia de la despedida.

Refuerza positivamente los comportamientos deseados

Cuando tu hijo/a realice una despedida, ya sea con un abrazo, un beso, o simplemente diciendo adiós, refuerza esa conducta positivamente.

Ejemplo práctico:

Después de que tu hijo/a se despida de alguien, puedes decir:

“¡Muy bien! Me ha gustado mucho cómo le dijiste adiós al/a la primo/a. ¡Eso es ser muy educado/a!”

El refuerzo positivo les ayuda a asociar estas conductas a experiencias agradables y, poco a poco, las irán repitiendo.

Evita corregir en público, hazlo en privado

Si tu hijo/a no se despide como te gustaría, no lo/a regañes o corrijas en frente de los/as demás. Esto puede causarle malestar y vergüenza.

Ejemplo práctico:

Si en una reunión, tu hijo/a no quiere despedirse de sus amigos/as o familiares, espera a llegar a casa para hablar del tema:

“Hoy no quisiste saludar a la tía Ana. ¿Te gustaría explicarme por qué? Podemos practicar cómo hacerlo la próxima vez.”

De esta forma, le das espacio para explicarse y, además, lo/a corriges en un entorno más seguro y tranquilo.

¿Cuándo consultar con un/a profesional?

Si después de practicar estos pasos, tu hijo/a sigue mostrando una ansiedad constante o no puede manejar las despedidas, podría ser útil hablar con un/a psicólogo/a infantil.

Conclusión

Ayudar a tu hijo/a a despedirse de manera natural y respetuosa es un proceso que requiere paciencia y comprensión. Recuerda que cada niño/a es único/a, y lo más importante es validar sus emociones, ofrecerle opciones cómodas y ser su ejemplo. Con el tiempo, y siguiendo estos pasos prácticos, tu hijo/a aprenderá a manejar las despedidas de una forma positiva y sin presiones. La clave es acompañarlo/a con respeto, paciencia y amor.