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Trastornos del neurodesarrollo en niños y adolescentes por el uso excesivo de pantallas

El uso descontrolado de pantallas está teniendo graves consecuencias en el desarrollo infantil. Según informa Las Provincias, los pediatras del Departamento de Salud de Dénia han detectado un incremento significativo de casos de TDAH, autismo, ansiedad, trastornos del sueño y problemas de aprendizaje, todos ellos relacionados con el consumo descontrolado de tecnología desde edades tempranas.

Casos de TDAH, autismo, ansiedad, trastornos del sueño y problemas de aprendizaje han crecido de forma alarmante, lo que ha llevado a los especialistas a advertir sobre la necesidad de un uso responsable de los dispositivos digitales.

Asimismo, la doctora María Luisa Lucas, pediatra de la zona básica de Xàbia, señala que este problema ha ido en aumento desde la pandemia. Antes del COVID-19, se identificaba aproximadamente un caso de autismo por cada 1.000 niños, mientras que ahora se contabilizan hasta 30 casos en el mismo grupo de población.

Impacto del abuso de pantallas en el desarrollo infantil

Los expertos destacan que el consumo sin control de dispositivos electrónicos está vinculado con diversas alteraciones en el desarrollo de los menores, entre ellas:

  • Trastornos del neurodesarrollo: se ha observado un aumento de TDAH, autismo, ansiedad e impulsividad, lo que afecta al comportamiento y la capacidad de socialización de los niños.
  • Problemas del sueño: la luz azul que emiten los dispositivos interfiere en la producción de melatonina, afectando la calidad del descanso y dificultando la conciliación del sueño.
  • Sedentarismo y obesidad infantil: el tiempo prolongado frente a pantallas disminuye la actividad física, lo que favorece el sobrepeso y otros problemas metabólicos.
  • Trastornos del lenguaje y aprendizaje: el abuso de pantallas, especialmente en edades tempranas, se asocia con dificultades en la adquisición del lenguaje, déficit de atención y menor capacidad de concentración.
  • Problemas visuales: la exposición continua a pantallas favorece la fatiga ocular, el aumento de la miopía y síntomas como sequedad, enrojecimiento y lagrimeo.

Según advierten los especialistas, el consumo sin filtros de redes sociales también puede provocar un impacto negativo en la salud mental de los adolescentes, aumentando los niveles de ansiedad y fomentando conductas de riesgo.

Cómo reducir el impacto de las pantallas en niños

Los pediatras recomiendan seguir las pautas del Plan Digital Familiar de la Asociación Española de Pediatría para minimizar los efectos negativos del uso excesivo de pantallas. Entre las principales medidas destacan:

  • Tiempo limitado según la edad:
    • Menores de 6 años: evitar pantallas en la medida de lo posible.
    • Niños de 7 a 12 años: menos de 1 hora al día.
    • Adolescentes de 13 a 16 años: máximo 2 horas diarias, incluyendo tareas.
  • Espacios libres de pantallas: evitar el uso de dispositivos electrónicos en la habitación, el baño y durante las comidas para fomentar la interacción familiar.
  • Evitar fatiga visual: aplicar la regla 20/20/20 (cada 20 minutos de pantalla, desviar la mirada a un objeto lejano durante 20 segundos).
  • Supervisión parental: es fundamental que los padres acompañen a sus hijos en la experiencia digital, ayudándolos a gestionar el contenido al que acceden y fomentando el pensamiento crítico.
  • Fomentar el ejercicio físico: compensar el tiempo de pantalla con actividad física regular para evitar el sedentarismo y la obesidad.

Medidas para concienciar a las familias

Para frenar esta problemática, el Departamento de Salud de Dénia se ha unido a la campaña de la Asociación Española de Pediatría, la cual busca concienciar a las familias sobre los riesgos del uso excesivo de pantallas y promover hábitos digitales saludables.

Dentro de esta iniciativa, se distribuirán materiales informativos en los centros de salud de la Marina Alta, con recomendaciones prácticas para padres y educadores.

Además, se impulsará la educación digital dentro del ámbito familiar, promoviendo un uso más equilibrado de la tecnología y reforzando la importancia de la actividad física y la interacción social.

Conclusión

Finalmente, el uso descontrolado de pantallas en niños y adolescentes está generando graves consecuencias en su desarrollo.

Así pues, trastornos del neurodesarrollo como el TDAH, el autismo y la ansiedad, junto con problemas de sueño, obesidad e impactos en la salud visual, son algunas de las principales preocupaciones de los pediatras.

Para reducir estos efectos negativos, es esencial establecer límites de tiempo, fomentar el ejercicio físico y acompañar a los menores en su uso digital. La educación y la supervisión familiar son clave para garantizar un desarrollo saludable en la era digital.