El uso de plataformas como TikTok, Instagram y YouTube por parte de los menores de edad ha desatado preocupaciones sobre sus efectos en la salud mental de los niños. Aunque la mayoría de estas aplicaciones requieren que los usuarios tengan al menos 13 años, un reciente estudio de la Universidad de California en San Francisco ha mostrado que muchos niños de 11 y 12 años siguen utilizando estas plataformas, lo que aumenta el riesgo de desarrollar adicción a las redes sociales. Además, el 6,3% tiene una cuenta en las redes sociales que oculta a sus padres.
El estudio, que analizó a más de 10.000 niños entre 11 y 15 años, revela que el 25% de los menores de 13 años ya están enganchados a estas plataformas y, en algunos casos, muestran comportamientos propios de la adicción, como el deseo incontrolable de seguir usando las redes sociales. Estos problemas son cada vez más comunes entre los niños de 11 y 12 años, un dato alarmante dado que muchas de estas plataformas prohíben el acceso a menores de 13 años.
Los investigadores alertan que el uso excesivo de redes sociales está vinculado a problemas como depresión, trastornos alimentarios, TDAH y comportamientos disruptivos. El 25% de los niños encuestados afirmaron que pensaban constantemente en las redes sociales, mientras que el 11% reconoció que el uso excesivo de estas aplicaciones afectaba negativamente a sus estudios.
Además, un 17% de los niños intentaron reducir su tiempo en redes sociales sin éxito, lo que pone de manifiesto el carácter adictivo de estas plataformas.
Consejos para los padres: cómo proteger a los niños
Ante esta creciente preocupación, los expertos instan a los padres a tomar un papel activo en la gestión del tiempo que sus hijos e hijas pasan frente a las pantallas. Jason Nagata, pediatra y autor del estudio, recomienda iniciar conversaciones abiertas con los niños sobre el uso de redes sociales y modelar buenos comportamientos en cuanto a la gestión del tiempo en línea.
La Academia Americana de Pediatría también ha desarrollado el Plan Familiar de Medios, una herramienta que permite a las familias gestionar el tiempo en línea y establecer límites saludables para el uso de pantallas. Según Nagata, cada familia debería contar con un plan que garantice la seguridad y el bienestar de los niños en el mundo digital.
En este contexto, una alternativa para los padres que buscan una opción segura y controlada para sus hijos e hijas, sin exponerlos a los riesgos de las redes sociales, podría ser un reloj con GPS y llamadas. Este dispositivo permite mantenerse conectado con los menores sin depender de un teléfono móvil, eliminando los riesgos asociados al acceso a internet y las plataformas digitales.
Conclusión
Este estudio pone de manifiesto los riesgos de la adicción a las redes sociales en los niños, especialmente en plataformas como TikTok e Instagram. El uso excesivo de estas aplicaciones está vinculado a problemas como la depresión, trastornos alimentarios y comportamientos disruptivos. Ante este panorama, es fundamental que los padres y educadores intervengan activamente, estableciendo límites claros y promoviendo un uso responsable de la tecnología.
Fomentar un equilibrio saludable entre la vida digital y la real es clave para proteger el bienestar emocional de los niños. Las medidas preventivas y la educación sobre los riesgos digitales son esenciales para asegurar un desarrollo sano en la era digital.
