El uso de pantallas en educación infantil está generando un intenso debate entre docentes, psicólogos y pediatras. En un artículo publicado en El País, la periodista Belén Kayser analiza cómo la creciente digitalización en las aulas despierta preocupaciones entre los expertos, quienes advierten sobre los riesgos para el desarrollo cognitivo, emocional y social de los menores.

El impacto de las pantallas en los niños pequeños

Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), los niños de hasta seis años deberían evitar el uso de dispositivos digitales. Sin embargo, en muchos centros educativos las pantallas están presentes desde infantil. Michel Desmurget, neurocientífico del Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica de Francia, alerta: “El abuso digital puede generar problemas de atención y cognitivos en el futuro”.

Anna Ramis Assens, pedagoga y experta en educación digital, propone un uso limitado y con fines pedagógicos bien definidos. “Si los niños observan insectos en el patio, una tableta puede ayudar a ampliar la imagen y reforzar el aprendizaje. Pero el uso indiscriminado es contraproducente”, afirma.

Consecuencias en el desarrollo cognitivo y emocional

Los estudios coinciden en que el contacto temprano con pantallas afecta la adquisición del lenguaje, la concentración y la memoria. “La interacción en tres dimensiones es clave en los primeros años. Limitar a los niños a experiencias digitales reduce sus oportunidades de desarrollo”, indica Fran Villar, psicólogo especializado en infancia y adolescencia.

El manifiesto de Liubliana (2023) destaca la importancia de la lectura profunda y advierte que el abuso de dispositivos deteriora la capacidad de análisis y reflexión crítica.

Los acuerdos con empresas tecnológicas

Cada vez más colegios adoptan programas digitales promovidos por grandes tecnológicas, como Google Workspace for Education o Samsung Smart School. Sin embargo, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha emitido informes desfavorables sobre la falta de transparencia en el tratamiento de datos de los menores.

“La educación no debería convertirse en un negocio para las tecnológicas”, denuncia Desmurget. “Sustituir docentes por dispositivos es una estrategia económica, no pedagógica”.

Hacia un uso responsable de la tecnología en la educación

Algunas comunidades autónomas, como Murcia, han decidido eliminar las pantallas en infantil y primaria tras revisar la evidencia científica.

Para Paola de la Cruz, docente y experta en primera infancia, la solución pasa por un trabajo conjunto entre colegios y familias. “Es fundamental concienciar a los padres sobre los efectos negativos de un uso inadecuado y fomentar el diálogo sobre prácticas digitales saludables”.

René Rodríguez, educador social, insiste en la importancia del activismo familiar: “Las AMPA y asociaciones de padres deben cuestionar las políticas educativas y promover alternativas que prioricen el bienestar infantil”.

Conclusión: un llamado a la reflexión

Los expertos coinciden en que la tecnología no es intrínsecamente negativa, pero su uso debe ser controlado. La clave está en equilibrar la digitalización con métodos tradicionales que favorezcan el desarrollo integral de los niños.

Es necesario que las instituciones educativas revisen sus estrategias y enfoques para garantizar un aprendizaje de calidad. Solo así podremos asegurar un futuro donde la tecnología sea una herramienta de apoyo y no un obstáculo en la formación de los menores.