A veces algunos niños y niñas prefieren colocarse los últimos en la fila o esperar a que todos los demás pasen antes que ellos en cualquier actividad. Aunque puede parecer solo una preferencia personal, detrás de este comportamiento puede haber inseguridad, miedo al juicio o una baja autoestima.
Causas frecuentes de este comportamiento
Antes de intervenir, es importante entender qué puede estar motivando esta conducta:
- Inseguridad o miedo a equivocarse. El/la niño/a evita exponerse por temor a cometer errores delante de los demás.
- Deseo de evitar atención. A algunos/as niños/as no les gusta sentirse observados.
- Falta de confianza en sus capacidades. Prefieren ver primero cómo lo hacen los demás para imitar.
- Costumbre o hábito adquirido. A veces comienza como una elección puntual y se vuelve rutina.
Si tu hijo o hija siempre prefiere ir el último/a en las filas del colegio, en los juegos o incluso al hablar en clase, podemos ayudarte. Esta conducta suele reflejar inseguridad, miedo al juicio o baja autoestima.
Consejos para ayudar a tu hijo/a
Aquí tienes 13 acciones concretas que puedes aplicar con ejemplos reales, para ayudarle paso a paso sin forzarle, y con todo el apoyo emocional que necesita.
1. Hazle preguntas sin presión
Evita preguntas directas como “¿por qué siempre vas el último?”. Usa un tono curioso y sin juicio.
Ejemplo:
“He visto que te gusta esperar para ir el último/a. ¿Te sientes más cómodo/a así? ¿Te gustaría ir delante algún día?”
Objetivo: abrir el diálogo para comprender, no para corregir.
2. Propón pequeños retos progresivos
No le pidas que pase de último/a a primero/a de golpe. Hazlo paso a paso.
Ejemplo:
“¿Qué te parece si hoy vas el penúltimo/a? Yo voy contigo. Mañana probamos otra posición.”
Objetivo: ayudarle a avanzar sin sentirse presionado/a.
3. Habla con sus profesores
Comenta lo que ocurre para asegurarte de que el entorno es seguro y no hay burlas ni comparaciones.
Ejemplo de mensaje al tutor o tutora:
“Mi hijo/a se siente más cómodo/a al final de las actividades. ¿Podéis ayudarle poco a poco a ganar confianza sin forzarle?”
Objetivo: que el cambio también se apoye desde el colegio.
4. Muéstrale ejemplos de otros niños/as que superan miedos
Usa cuentos, películas o historias reales.
Ejemplo:
“¿Te acuerdas de Nemo? Al principio tenía miedo de salir, pero poco a poco se atrevió. Como tú.”
Objetivo: que se identifique con personajes que también dan pasos hacia adelante.
5. Evita etiquetas
No digas cosas como “es muy tímido/a”. Cambia por frases que reflejen avance.
Ejemplo:
“Le cuesta un poco al principio, pero cada día lo intenta más.”
Objetivo: Que no se vea definido/a por su inseguridad.
6. Consulta con un profesional si lo necesita
Si este comportamiento se extiende a todas las áreas (amistades, colegio, familia), puede ser momento de acudir a un/a psicólogo/a infantil.
Ejemplo de señal:
Evita participar en clase, hablar con otros niños/as o probar cosas nuevas en cualquier contexto.
Objetivo: detectar si hay ansiedad social u otra dificultad de base.
7. Juega en casa a que él/ella lidera
Transforma el miedo en juego. Que dirija la fila en casa.
Ejemplo:
“Hoy tú eres quien guía la expedición. Yo voy detrás. ¿A dónde nos llevas?”
Objetivo: practicar el liderazgo en un entorno seguro.
8. Habla de emociones con dibujos o tarjetas
Ayúdale a identificar cómo se siente en diferentes situaciones, pero especialmente cuando le toca pasar antes que los demás.
Ejemplo:
“¿Sientes un nudo en la tripa cuando te toca salir antes? Eso se llama nervios. A mí también me pasa.”
Objetivo: normalizar lo que siente y enseñarle a gestionarlo.
9. Pacta con él/ella antes de situaciones nuevas
Hablad juntos antes de una salida o actividad para que no se sienta desbordado/a.
Ejemplo:
“Hoy en la fila, ¿te gustaría ir en medio? Si no te gusta, me lo dices luego y lo hablamos.”
Objetivo: que sepa qué esperar y sienta que puede elegir.
10. Enséñale frases positivas para repetir
Ayúdale a cambiar sus pensamientos automáticos con frases que le empoderen.
Ejemplo de frases:
- “Puedo hacerlo, aunque me dé un poco de miedo.”
- “No hace falta hacerlo perfecto.”
- “Estoy aprendiendo, y eso ya es un logro.”
Objetivo: mejorar su diálogo interno.
11. No refuerces la evitación
Si siempre le dejas ir el último/a sin proponer alternativas, el cerebro asocia eso con seguridad y refuerza el patrón.
Ejemplo:
“Hoy puedes elegir: ir el penúltimo/a o en medio. Vamos a probar algo distinto.”
Objetivo: romper la rutina sin generar rechazo.
12. Valora que lo intente, no solo que lo haga bien
No centres los elogios en el resultado.
Ejemplo:
“Qué bien que te atreviste a cambiar de lugar en la fila. Eso es lo que más me gusta: que lo estás intentando.”
Objetivo: fomentar el esfuerzo, no la perfección.
13. Asocia cada avance a una experiencia positiva
Recompensa emocionalmente cada pequeño logro para que quiera repetirlo.
Ejemplo:
“Hoy te pusiste en medio y lo hiciste genial. Esta tarde elegimos juntos/as la merienda.”
Objetivo: crear una asociación positiva en su cerebro.
Conclusión
Si tu hijo o hija siempre quiere ir el último/a, no se trata de forzarle a cambiar, sino de acompañarle a ganar confianza paso a paso.
Estos 13 pasos, con ejemplos concretos, te permitirán guiarle sin presión, con respeto y con un enfoque muy práctico. Lo importante no es que vaya primero, sino que sienta que puede hacerlo si lo necesita y que tiene recursos para enfrentarse a sus miedos.